Si estás pensando en construir tu casa, uno de los aspectos más importantes —y que marcará una gran diferencia a medio y largo plazo— es su eficiencia energética.
Con el aumento constante del coste de la energía y la dependencia de fuentes externas, es esencial planificar cómo climatizar el hogar y cuánto costará mantenerlo confortable todo el año. De ahí nace el interés por las viviendas eficientes y las conocidas viviendas pasivas.
¿Qué es una vivienda eficiente?
Una vivienda eficiente es aquella que minimiza el consumo energético, especialmente en lo que respecta a la calefacción y la refrigeración. Su diseño, materiales y sistemas constructivos están orientados a conseguir confort térmico con el menor consumo posible.
¿Y qué es una vivienda pasiva?
Es un paso más allá. Una vivienda pasiva está diseñada para no necesitar prácticamente energía externa para mantenerse confortable durante todo el año. Su diseño, materiales y sistemas constructivos cumplen criterios técnicos muy específicos desde la fase inicial del proyecto.
¿Cómo se consigue una vivienda eficiente?
La eficiencia no se añade al final: se diseña desde el principio. Cada decisión cuenta, desde la orientación hasta los sistemas de ventilación. Estos son los principales factores:
Diseño compacto y orientación inteligente
Se aprovecha la luz y el calor del sol en invierno mediante grandes ventanales al sur, y se protege del sol en verano con aleros, pérgolas o lamas. Un buen diseño reduce la necesidad de climatización artificial.
Sistema constructivo de alta calidad
La envolvente del edificio —fachadas, cubiertas, suelos y ventanas— se diseña para evitar pérdidas térmicas. Se eliminan los llamados puentes térmicos, que permiten la fuga de calor o la entrada de frío.
Ventanas de altas prestaciones
Se utilizan ventanas con triple acristalamiento y cámaras de gas argón para un aislamiento térmico y acústico superior.
Aislamiento continuo y reforzado
El espesor y la calidad del aislamiento permiten mantener una temperatura estable y reducir al mínimo las pérdidas de energía.
Estanqueidad al aire
Se controlan las filtraciones de aire mediante una construcción sellada y detallada. Así se evita la entrada o salida de aire no deseado, mejorando el rendimiento energético.
Ventilación mecánica con recuperación de calor
Este sistema renueva el aire del interior sin necesidad de abrir las ventanas. El aire limpio que entra se calienta (o enfría) con el aire que sale, logrando un ahorro energético de hasta un 90%.
El resultado es un ambiente saludable, libre de humedad, con buena calidad del aire y un consumo energético muy reducido.
Ventajas de una vivienda eficiente
Invertir en eficiencia energética no es solo una decisión responsable con el entorno, también es una inversión en calidad de vida y ahorro a largo plazo.
- Ahorro energético de hasta un 75% en comparación con una vivienda convencional.
- Confort térmico constante todo el año (entre 21 y 23 ºC sin sistemas forzados).
- Mejor calidad del aire interior, sin humedad ni moho.
- Aislamiento acústico superior, ideal para un entorno tranquilo.
- Mayor independencia energética y revalorización de la vivienda.
Conclusión
La eficiencia energética no es un lujo: es una necesidad actual y una inversión en el futuro. Construir una vivienda eficiente es una decisión inteligente que mejora tu bienestar y reduce tu impacto ambiental.
En Estructuras Deva diseñamos y construimos viviendas eficientes desde la base, teniendo en cuenta cada detalle técnico para lograr un resultado sostenible, confortable y duradero.